jueves, abril 23, 2009

Ensayo sobre la televisión mexicana



Por: Carolina Mendivil
INTRODUCCIÓN

¿Quieres ver la tele? pues antes de que vayas a verla, te recomiendo que reflexiones al respecto, leyendo este breve ensayo sobre la situación actual de la televisión nacional, así como la necesidad e importancia en que este medio cumpla con sus funciones.
Muchos miran la televisión sin reflexionar un poco al respecto, en qué estoy mirando, porqué dan estos programas, porqué no dan cierto tipo de programas, ¿es verdad lo que están diciendo en los noticieros? es que es necesario que nos mantengamos alertas y críticos ante la programación televisiva, porque hay muchos factores que determinan e influyen en su contenido y hay funciones que no se están cumpliendo, los cuales son necesarios para el público o audiencia y son obligaciones y deberes de este medio, así como el de todos los medios de comunicación masiva.
Pero hoy vamos a enfocarnos en la televisión, en el medio de comunicación más utilizado, sabiendo que en la mayoría de los hogares hay como mínimo un televisor, y es que es tanto el poder e influencia de este medio, que hasta las personas de bajos recursos hacen grandes esfuerzos por tener un televisor o porque se vea el canal donde pasan la telenovela o el programa preferido.
Lo invito a reflexionar y conocer, a buscar a interesarse sobre todo lo que rige a la televisión, lo que gira a su alrededor, donde usted, está en su alrededor, siendo parte de la audiencia, puesto que es parte fundamental del medio…
…Viendo la tele me di cuenta que no veía nada

Podemos durar horas frente al televisor, cambiando de canal en canal buscando algo de nuestro agrado, y lo que terminamos viendo, lo que decidimos ver es… nada. Y con éste nada, me refiero a que lo único “bueno” que encontramos es algún programa de entretenimiento, de esos que se “chutan” las televisoras nacionales de otras televisoras internacionales, tipo “big brother”, “bailando por un sueño”, “cuidado con el muro”, “ la academia” y el más reciente “cuanto quieres perder”.
Si, si, entiendo que se realicen sueños o que reciban algo bueno los participantes, que bien por ellos, pero qué recibimos nosotros la audiencia, los televidentes. Es a eso a lo que me refiero con nada, porque bien debemos saber, que la televisión al igual que los otros medios supone ser un servidor social, que debe cumplir con las obligaciones de educar, informar, fomentar la cultura, las buenas costumbres, valores, etc.
Sin embargo, no es así, puesto que con solo ver la televisión sabemos que no se esfuerzan por educar, salvo pocos casos. Por ejemplo, el noticiero de Lolita Ayala tiene un segmento en donde las noticias son también dadas en lenguaje de sordomudos, y a diferencia de otros noticieros, hablan sobre los avances tecnológicos en la medicina frecuentemente, además tenía (no estoy segura de que exista todavía) un programa llamado “la línea de la salud”, el cual ayudaba a entender procesos quirúrgicos y porqué aparecen ciertas enfermedades. Con éste pequeño ejemplo podemos ver como sí se puede fomentar la educación, por más insignificante que nos parezca el modo de hacerlo, claro que se puede hacer aún mejor, como programas televisivos que eduquen a las personas sin ser tediosos y aburridos, puesto que para todo hay que hallarle el modo.
Es más normal ver programación infantil educativa, aunque las caricaturas están cada vez más violentas y cargadas de doble sentido, pero para personas jóvenes o adultas es muy poco usual la educación en televisión. Solo recuerdo de un programa llamado “Guía de padres” que lo transmitían en Televisa los sábados o domingos en la mañana. Si estaban cumpliendo con su deber como medio, pero era muy aburrido y estaba en un horario donde casi nadie ve la televisión y menos en esos días, entonces esto nos habla de que este programa solo estaba para que digan que cumplen con su deber de educar, aunque ni ellos se lo creen.
Para fundamentar mi idea, me daré a la tarea de darles un ejemplo más. En los programas de entretenimiento tipo “incógnito” o “wax” es donde mejor podemos ver la escasa intención de educar, de fomentar la cultura y la dignidad humana a la audiencia, porque si, ya sabemos que son programas de entretenimiento, pero no por ello fomentaran lo contrario, contrarrestando totalmente lo propiamente dicho por la ley que nos rige. Y es además un tanto denigrante para las personas que por ganar un poco de dinero se ponen en vergüenza a nivel nacional.
Según la agenda setting, la agenda de los medios puede influenciar en la agenda del público, y seguramente tienen una gran influencia estos programas en los actos de su audiencia. Tomando en cuenta esto, me remito a recordar cuando ví en el programa wax que le decían a un joven que grafiteara la ventana de una panadería y lo hizo, después salieron huyendo. También los conductores salieron robando una estatua de cera y también huyeron, esto obviamente influye (siendo actos delictivos) en su audiencia, que mayormente son jóvenes, que de acuerdo a su edad, sexo, condición social y demás, se dejan influenciar fácilmente y luego hacen lo mismo que vieron en el programa. Pongámosle que en verdad no se lo robaron, es decir, que devolvieron la estatua, o que le compraron otra ventana al señor de la panadería, lo malo seria que no lo transmitieron y hacen creer a los televidentes que en verdad sucedió así, esto también puede hablar un poco de la falta de veracidad en la televisión, pero hablaremos de esto más adelante.
La televisión y todos los medios en general, tienen libertades, claro que si, pero también tienen obligaciones, mismos que no están cumpliendo del todo.
No podemos generalizar en que la televisión no fomenta nada de lo que debe de fomentar (válgame la redundancia), pero si podemos decir que hay mucho por hacer.
Tal como dice en la ley federal de radio y televisión en el artículo 5:
“La radio y la televisión tienen la función social de contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana (…)”
Partiendo de éste artículo, podemos decir que no es así en la total programación de la televisión, ya que no ejerce un total respeto por las leyes ni por la audiencia, quienes somos una parte fundamental en el proceso comunicativo entre los medios y el público, emisor-receptor. Digo esto porque si fuera así, harían un mayor esfuerzo teniendo como un factor primordial el informar y trabajar para el público, no para sus necesidades o intereses personales, políticos y económicos.
El lucro, mueve e influye enormemente en el contenido de la televisión. Y es por ello que podemos ver hoy por hoy tanta programación chatarra, tanta programación que no deja nada bueno a la cultura, educación u orientación de la audiencia, porque según ellos es lo que más “pega”, y así como alguna vez dijeron los medios “mierda quieren, mierda les vamos a dar”, pero qué les hace pensar que queremos eso, estoy de acuerdo en que la programación más inservible y absurda es la que más se ve, pero si ellos se dedicaran a fomentar mediante su programación otra orientación de entretenimiento o simplemente cumplieran con lo que deben cumplir, sería otra cosa, la televisión sería un medio confiable y veraz, pero la cruda realidad es que el mundo de la televisión gira alrededor del interés, el interés monetario, el interés político, el interés empresarial, el interés del poder, en fin, grandes intereses que hablar de cada uno de ellos sería bastante extenso, pero si me gustaría hablar un poco del interés político.
Ya que desde los inicios de la prensa y el surgimiento de la televisión y demás medios, se ha visto la notable relación entre el Estado y los medios. Antes los medios estaban estrechamente vinculados con el gobierno porque éste los controlaba. Ahora podemos ver como no existe tal control, pero si una gran relación, ya que el mundo de la política tiene bastantes intereses entre ellos ganarse al pueblo, y mediante la televisión han hecho de éste un gran recurso. Tal y como hemos visto en las elecciones presidenciales y ahora con la reforma energética donde vemos como los partidos de oposición hacen uso de la televisión para manifestar su inconformidad y rechazo, al mismo tiempo invitando y tratando de influir en la sociedad, al igual que los que están a favor hacen uso de este medio.
Claro que no solo en eso están relacionados los medios con la política pero es una pequeña ojeada que da un empujón a la reflexión de otras posibles relaciones.
El fomento de valores, costumbres, y la afirmación del respeto a la dignidad humana, la moral y vínculos familiares (artículo 5, Ley federal de radio y televisión) es un punto que hay que pensar detalladamente, porque son contados los programas que se dediquen a esto que es tan importante pero tan poco tomado en cuenta por el medio.
En vez de esto, lo que casi siempre vemos es lo contrario, programas donde los mismos conductores no respetan la dignidad humana ni los gustos e identidad de las personas que entrevistan, o programas donde lo menos importante es la moral, pero igual y es un concepto muy complejo porque cada quien determina sus limites entre lo moral e inmoral, entonces aplicado a la televisión es difícil de materializar, pero no imposible, la televisión como medio que es, se debe de regir sobre la idea general o mayoritaria en la sociedad de lo que es moral e inmoral y de ahí partir en su programación.
Por último en mencionar es la información que nos da la televisión, que debe ser veraz y oportuna, y que algunos noticieros cuenten con cierta credibilidad no significa que la totalidad de su información sea verídica. Existe una línea de redacción que los respalda, un seleccionador de noticias que decide qué es importante y qué no para la agenda del medio, intentando influir en el público. Qué tan seguros podemos estar de la información que se nos da cada día en cada canal en cada programación, porque como ya expuse anteriormente, hay intereses que influyen exorbitantemente en la decisión de información transmitida en televisión.
CONCLUSIÓN

Entonces nosotros como audiencia debemos exigir que la información sea fidedigna, que la programación sea lo que debe de ser, fomente lo que debe fomentar, que sea todo en un ámbito de respeto y democracia.
Talvez ya estemos acostumbrados a lo que se transmite en la televisión, pero porqué no pedir algo que sea de mayor calidad para nosotros, para nuestra familia y para los hijos de quienes tengan hijos.
La televisión es el medio más influyente y atractivo hoy en día, talvez en algunos años sea el Internet, pero siendo esta su importancia, que así como es de importante, sea así de bueno, de democrático, de conciente en la programación que transmite, que tenga un verdadero interés en servir y cumplir su función para con la sociedad.
Este medio masivo de comunicación tiene muchas características, las cuales, no todas se abarcaron en este texto, pero si las que a mi percepción son de las más importantes, que hay que reconocer, entender y reflexionar ante la situación televisiva actual.
Qué queremos, qué nos dan, de qué manera nos afecta, en qué nos influye, hay muchos cuestionamientos que nos podemos realizar acerca de la relación latente entre el medio y la audiencia, pero mientras no seamos parte del público pasivo y nos mantengamos críticamente activos, será más difícil su influencia y sus efectos, y talvez si todos exigiéramos lo que nos merecemos solo talvez podría haber algún cambio en los modos de manejar el contenido de la televisión y utópicamente un medio que cumple con su función y un público más culto, educado y con buenas raíces de valores que deriva en una sociedad de primer mundo.
FUENTES

Vocal
· M.C Luís Humberto Ruiz, en clase de
“Desarrollo Histórico de los medios de comunicación”

Archivológicas

· Ley Federal de Radio y Televisión

· Bohmann Karin, Cáp. VII, “Intereses comerciales y políticos como factores determinantes en la difusión de las noticias y la información” en Intereses Comerciales y políticos (s.f.)

· Argudin Yolanda, Cáp. 9, “La prensa posrevolucionaria y contemporánea” en Historia del periodismo en México (S.f.)

· Woldenverg José, “Consolidación democrática y medios de comunicación” en Revista Etcétera (2003)

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